DON QUIJOTE EN LOS INFIERNOS, PRIMERA ACTIVIDAD DEL PROGRAMA DE INNOVACIÓN DE NUESTRO CENTRO
Hacer que los más jóvenes levanten la vista de las pantallas, se enfrenten a la realidad de un espectáculo en vivo y participen de la magia de un escenario es la propuesta que el festival Teatro en Otoño, de Amigos de Corral, ha ofrecido en esta edición a los centros educativos de la localidad. Una forma de estimular el desarrollo cultural desde las edades más tempranas.
El laberinto de la memoria lo habita una secuencia de planos temporales que distorsiona recuerdos, desubica momentos, altera espacios y agarra destellos de una imagen recurrente que conecta con un tiempo vivido o inventado. Es el infierno en el que reside, acoplando la realidad a su fantasía, el personaje que crea Carlos Maciá en su obra Don Quijote en los infiernos, un Quijote que se debate entre lo que recuerda, lo que inventa y lo que quiere olvidar, perseguido siempre por la memoria que vuelve reiteradamente al bocadillo de atún de su infancia, la figura que le devuelve la calma.
La representación de esta obra que ofreció Atrote Teatro en esta función especial, dentro de la programación del III Festival de Teatro en Otoño, es un cóctel de emociones salpicado con dibujos de comedia. Mediante el esquema narrativo de teatro dentro del teatro, Vicente Paredes y Francisco Munuera suben a escena con maestría profesional, ante un público complicado, el infierno de un anciano con alzhéimer que reinventa su existencia creyéndose don Quijote. La relación que se establece entre el paciente Alonso y la persona que lo atiende acaba revelando el secreto mejor guardado del anciano, y rompiendo los protocolos de no implicación en la problemática personal del paciente.
No queda del todo claro si esta reflexión fue percibida por el público joven y si la acogida se ajustaba realmente a la lluvia de aplausos y algarabía que estallaba cuando el escenario se iba a negro en cada cambio de escena. En cualquier caso, la experiencia puede valorarse como buena y sirve para adentrar a los adolescentes en el espacio de la literatura. Una experiencia que ha contado, igual que todo el festival Teatro en Otoño, con la colaboración tanto del Ayuntamiento como de la Fundación Rico Rodríguez.
Alfredo García